viernes, 18 de enero de 2008

¿Por qué nos dedicamos a los animales no humanos?


Es muy probable que todos los activistas hayamos vivido la pregunta por excelencia hacia el movimiento animalista ¿Por qué no haces nada por los humanos? Lo que en la mayoría de los casos no es cierto, aunque decidamos involucrarnos más en los demás animales.
La respuesta no es que creamos a los demás animales en una escala superior al humano, ni que no nos importan las miserias humanas. Simplemente consideramos a todos los animales, a todo ser vivo sintiente, en la misma posición jerárquica de derechos.
Esta pregunta es bastante comprensible, aunque no una excusa, porque culturalmente nos han enseñado que el ser humanos es un ser superior, hecho a imagen y semejanza de dios, el ser privilegiado. Necesitamos sentirnos así, necesitamos sentirnos especiales, pues si no tendríamos la sensación de que nuestra vida no tiene sentido, que somos un pedacito de minúsculas piezas en un universo tan inmenso que nuestra mente es incapaz de entender. Necesitamos pensar que somos alguien y que estamos vivos por algo, aunque la realidad es más dura y no somos nada en comparación de la inmensidad del universo. Pero esto es algo que la gente no está dispuesta a asumir. Necesitamos ser superior a algo.
Por otra parte nuestro pensamiento, nuestra empatía, nuestras preocupaciones... están basadas en el egoísmo. Primero nos preocupamos de nosotros mismos, luego de nuestra familia, país, especie... No es que llame a todo el mundo egoísta, pues este egoísmo es inconsciente y tiene su base genética que en su día fue una ventaja evolutiva. Pero sigo diciendo que no es una excusa, todos somos capaces de ir más allá de los comportamientos que dictan nuestros genes, nuestros instintos primarios. Sino fuera así habría violaciones cada vez que una persona se sintiese atraída por otra, pues la atracción sexual, es una forma que nuestros genes tienen de decirnos que ese individuo cumple las condiciones necesarias para el apareamiento y tenemos este impulso para perpetuar la especie. Pero nuestro raciocinio nos hace comprender que esto debe ser de mutuo acuerdo y que si ocurriese estamos violando la libertad y los intereses de la otra persona. Con el egoísmo inconsciente ocurre lo mismo. No te preocupan las otras especies porque crees que primero debemos ocuparnos de la nuestra. Al igual que un humano que vive en la miseria tiende a no pensar en los otros porque su vida es más importante que el resto y debe ser atendida preferentemente.
Pero un pensamiento puramente racional (ya que creemos que esto es una muestra de nuestra superioridad, vamos a usarlo.) basaría los criterios de la necesidad de ayuda en otras pautas. Estas son las que yo creo que deberíamos seguir:

1º La cantidad de victimas
2º La “calidad” de la injusticia
3º Lo que esté más en nuestra mano de solucionar.

La primera es bastante evidente, pero primero debemos deshacernos de ese egoísmo inconsciente que no nos deja ser objetivos y ver que todo el que sufre por un acto es una victima de este acto. No me voy a poner a contar a todas las victimas humanas porque es totalmente innecesario. Supongamos que todos los humanos somos victimas. Somos alrededor de 6.500 millones. Bien, la cifra de animales asesinados por el consumo humano la supera en tan solo ¡3 semanas! Esto sin contar los que no mueren y están toda su vida esclavizados, como en zoos, circos, etc.
En segundo lugar, la forma de vida, el tipo de asesinato y el asesinato en sí, no tiene ni punto de comparación con el tipo de injusticias vividas por los humanos, teniendo en cuenta que ambos tenemos la capacidad de sentirlo. Desde luego que es horrible vivir en la calle, pero cualquiera preferiría vivir en la calle a vivir en una granja de explotación (siendo tú el explotado, claro) Esto es más fácil comprenderlo si vemos en vez de animales no humanos, a nosotros mismos. El enjaulamiento, el hacinamiento, las condiciones insalubres, el estrés de no entender la situación, el maltrato, la mutilación, el dolor, ver a tus compañeros muriendo a tu lado, el olor a muerte, la muerte. Creo que lo más parecido fueron los campos de concentración de judíos. Lo que a todos nos parece algo detestable y en cambio somos los culpables de que siga ocurriendo, porque somos superiores a los animales no humanos, como los nazis lo eran a los judíos.
Lo peor de todo es que esto ocurre por nuestra satisfacción de comer carne, llevar pieles o el placer de divertirnos a costa de otros. Como ocurre con todas la injusticias, unos sufren por el beneficio de otro.
En tercer lugar la mayoría de las injusticias humanas, al menos las más grandes, son de carácter político. No está en nuestra mano que paren las guerras, que deje de haber hambre en el mundo, que exista el tercer mundo. Es un asunto que solo puede frenarse desde arriba. Y esto solo se hará cuando suponga un bien económico, pues desgraciadamente todo cambio político se hace desde este punto de vista, de nada vale la justicia real, sino no sería el mundo como es. Es lo que ocurre cuando vivimos en un mundo enteramente capitalista y amoral. Esto no lo calificaría como egoísmo inconsciente, sino de psicopatía generalizada.
La explotación animal es algo que cada uno de nosotros podemos evitar simplemente dejando de consumir determinados productos, la oferta termina cuando termina la demanda. Si no hay beneficio económico para la industria, la industria cambia.

Con esto no quiero criticar que la gente se dedique a los humanos, pero si que se nos critique por no dedicarnos solo a nosotros. Además, el movimiento animalista es muy reducido en comparación al humanista, no paro de ver asociaciones que se dedican a humanos, veo la cantidad de dinero que se destina por la causa humana y es escandalosamente alto y por los animales somos unos pocos y es algo tan criticable como cualquier otra injusticia y algo tan urgente como cualquier otra causa y si nosotros no luchamos ¿Quien lo hará?
Pero lo que más rabia me da es que la mayoría de la gente que nos acusa por esto no hace nada por nadie. Cuantas veces se me habrán acercado en un acto o en un puesto con la misma frase: “¿Y que haces por la mujer que está pidiendo en la calle?” o “¿Y los niños del tercer mundo?” Es cierto que es horrible, pero... Yo lucho por cambiar cosas horribles ¿Y tú? ¿Qué haces por ellos?

1 comentario:

Anónimo dijo...

tambien he tenido esa pregunta en plan hay mas cosas por las que luchar que los animales, y mi contestacion es, claro que hay mas luchas, pero no todo el mundo lucha por lo mismo, es como decir que los que luchan por el hambre del mundo, no se preocupan por otras cosas, como la vilencia, guerras. cada uno lucha por lo que cree mas importante, sin olvidar nunca los demas frentes

Alicia