martes, 23 de septiembre de 2008

El día en que Andrés se negó a comer pollo


Andrés es mi hermano pequeño. De vez en cuando me sorprende con sus anécdotas que siempre corre a contarme cuando llego a casa, nadie suele escucharle porque todos son de la opinión de que un niño pequeño nunca dice nada importante. Yo suelo hacerlo, porque aunque hayan pasado 14 años, aún recuerdo cuando tenía su edad y recuerdo mi frustración al comprobar que a nadie le interesaba lo que les decía porque simplemente era una niña.
Habían terminado las vacaciones y después de más de un mes sin vernos al abrir la puerta de casa corrimos uno en busca del otro... Yo, como siempre, le estrujé y le di mil besos que recibe con su inamovible sonrisa, porque Andrés tiene la sonrisa tatuada en la cara. Le insistí en que me contase todo lo que había hecho en sus vacaciones y antes de relatarme sus aventuras con los primos me contó el día en que se negó a comerse un pollo.

Mi tía abuela tiene en su parcela un corralito lleno de gallinas que siempre merodean por el campo y un gallo que tiende a atacar a mi madre en cuanto la ve entrar por la puerta. Esos animales que parecen tan felices campando a sus anchas tienen los días contados. Porque como ya comenté que quiere hacer mi padre, el día en que a ellos les apetece cenar pollo no tienen más que coger un cuchillo afilado y salir al patio. Mi tía ya está muy mayor y necesita un cuidado constante del que se encarga mi abuela y por lo tanto de este tipo de sanguinarias tareas también. Dio la casualidad de que un día mis dos primos de 14 y 4 años y mi hermano de 9 estaban también a su único cuidado y había una cena prevista a base de esas criaturitas con las que horas antes andaban los tres niños... Mi abuelo consideró que el asesinato no era una bonita imagen para aquellos chiquillos inocentes, pero como chiquillos que son, consiguieron zafarse de la censura impuesta y corrieron a ver, más por curiosidad que por morbo, como mi abuela reducía al pobre animal y con sus propias manos le partió el cuello. Mi hermano me escenificó con exageradas muecas todo lo que estaba pasando, hasta el punto de agarrarse del cuello y ponerse colorado por la presión que ejercían sus manos y la urgencia de sus palabras... Después de haber visto como el animal luchaba por su vida y la manera brutal con la que se le arrebató los tres niños no fueron capaces de cenar lo que había previsto para aquella noche, se negaron.
Y es que ¿cómo no aprender de las palabras de un niño que aún conserva esa sensibilidad que por desgracia muchos perdemos con la edad? No dicen nada de que las gallinas han estado en semi-libertad antes de morir, solo que ella quería vivir y no la dejaron. No hablan de que se ha hecho desde siempre, solo ven que no es algo bueno. No dicen que luego estuvo bien rica la cena, porque no fueron capaces de probarla. Y a mi hermano cuando le dicen en el colegio que hay que comer de todo porque si no te pones enfermo siempre contesta "Mi hermana es vegetariana y no está enferma". Sinceramente... un niño de 9 años responde con más inteligencia que la mayoría de todos los adultos sabelotodo que veo cada fin de semana en frente del Mc Donnals de Gran Vía.
Y es que a los niños no se les debería llevar a la granja escuela en el colegio si no a una granja intensiva y en vez de hacer la ruta guiada a Panrico propongo una del mismo calibre por un matadero... Así ven la realidad que hay tras el consumo de carne y por lo tanto podrán, de una manera objetiva, actuar en consecuencia.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

CUANDO LA IDIOTEZ, EL ESPECISMO Y LA PATERNIDAD SE UNEN PARA DAR LUGAR A LOS HUMANOS

Tengo al menos 10 post en mente y un tiempo tan limitado que apenas me da tiempo de desconectar del trabajo antes de irme a dormir. Si, a veces solo soy "Laura de Charting" y dejo de ser amiga, hermana... yo misma. Si al menos pudiese ser Laura editora, realizadora, incluso operadora de cámara y oh... que más quisiera, DIRECTORA. Pero días, como el de ayer noche, me encuentro con que paso del primer estado y antes de concebirme como la verdadera Laura paso a ser "hija". Si, para los que tengáis una familia perfecta no comprenderéis mi incomodidad. Intento llevarme bien con ellos, con mi madre casi lo he conseguido y con mi padre... bueno... era una niña, de las que hoy en día se dicen que sufren acoso escolar, y antaño simplemente se denominada como "la marginada" si, esas que se juntan con las "populares" que se dedicaban a aprovecharse de ella, a dejarla en ridículo, por mantener la esperanza de que algún día podrían llegar a ser sus auténticas amigas. Con la esperanza de ver que si ellas son capaces de aguantar su compañía tal vez el resto de la clase simplemente sería capaz de respetarla o dejarla en paz... Y ahí estaba él, rodeado de gente que le admiraba (y hoy sigue haciéndolo), tan fuerte, tan guay y yo era su niña. Con la que cantaba en el coche canciones de los Scorpions, de Leño, Supertramp y los Beattles. Con la que se iba a jugar el fútbol y con la que se iba a pescar (cómo me odio), con la que se tiraba hasta las tres de la madrugada, aún sabiendo que ambos tendrían que madrugar al día siguiente, hablando de evolución, de política, de religión, de todas esas cosas que me hicieron ser hoy como soy... Y era todo tan armónico porque, al menos eso pensaba, teníamos las mismas ideas... pero lo que realmente ocurría es que yo le idolatraba y nunca le llevé la contraria. Luego llegó el día en que se la llevé... el día que me di cuenta que los días que más hablaba conmigo era porque su sangre olía a cerveza y ya no me gustaban sus conversaciones porque cambiaron al desprecio hacia mi hermano porque no era yo, al desprecio hacia mi madre porque se equivocó al casarse con ella. Vi tras sus palabras que antes ignoraba (con la esperanza de que al no prestarlas atención no fueran ciertas), sus comentarios sexistas, racistas, homófobos y especistas. Resultó que yo me había formado una imagen de él que no era cierta y odié a todo aquél que decía que me parecía a él. Luego me hice vegetariana, estalló la bomba. Le estaba diciendo que no estaba de acuerdo con él. Y en vez de intentar dialogar conmigo, de escucharme, solo salió de su boca una cantidad de falacias y frases hirientes descomunal. Su frase estrella "Más sabe el diablo por viejo que por diablo" No soporta que valla más allá que él, porque él es perfecto, él lo sabe todo porque es mayor que yo y veo como le revienta cuando hablo con mi madre (que a veces hace por escucharme) sobre temas que él desconoce, contradiciendo cosas que el creía ciertas... El alumno superó al maestro y eso le consume por dentro. Se autoengaña pensando que todo lo que digo no es cierto, que estoy equivocada, porque siempre lo dice "Estás equivocada y ya te darás cuenta" y ya me he dado cuenta de que hacerme vegana es lo mejor que he hecho en la vida, nunca dije que poseo la verdad absoluta, pero veo algo claro, el sufrimiento, la privación, el asesinato... son cosas malas, injustas y cuando con mis actos lo estoy provocando tengo que hacer todo lo posible por evitarlo. Me siento orgullosa de ser vegana, he descubierto que mi vida carece del sentido que tiene hoy si no lucho por ello. Siempre lo supe, desde que tengo uso de razón y hablaba con mis primas o con amigas de que nos iríamos a vivir juntas y nos haríamos vegetarianas. Cuando veía acciones de greepeace en la televisión me juraba que un día yo sería así. Quería hacerme bióloga marina y unirme con aquellos seres en libertad... No quería vivir en un mundo que siempre me pareció injusto... Y hoy sé que lo mejor que puedo hacer es luchar por conseguir que no lo sea tanto, porque aunque no se consiga al menos lo intenté, al menos no me quedaré pensando "Y si..." Odio esos "Y sis..." que tantas veces me he repetido y esta vez no.
Pues ayer, cuando habíamos llegando a ese consenso que nunca llegamos a establecer pero en cualquier caso inviolable. El de no hablar de nada que tenga que ver con animales, comida, veganismo, etc... Hicimos una tregua. Pero ayer salió todo lo que ambos guardábamos... Y siempre por las palabras inocentes de mi hermanos que siempre le gusta hablarme de esos temas tabú con mis padres pero que con él nunca lo fueron.
- Tatá, ¿Sabes que vamos a llevar gallinas a la parcela?
Claro que lo sabía. Cuando yo tenía 10 años trajeron pollitos, 15. Y sobrevivieron 3 gallinas. Las adoraba. Eran libres, no eran objetos, tenían nombre: Spayki, Ginger y Amy. Eran mis compañeras durante varios años... Solo pusieron un huevo y no se comió. Vivieron hasta que cayeron enfermas y murieron. Las enterré y aún sigue habiendo un palo que puse hace unos 10 años para marcar sus tumbas. Pensé que iba a ser igual. Y me equivocaba.
- Estoy de acuerdo, mientras nos las matéis.
Mi padre dejo ver una sonrisa. Empezaba la guerra. Dijo que las gallinas vivirían más y que solo dejaría un macho, un gallo. Se comería a los pollos y los huevos y cuando las gallinas estuvieran viejas para el cocido... Dejo que la furia corra por mi cuerpo, intento controlarme, respiro hondo.
Mi madre y mi hermano se ponen en su contra. No son capaces de comerse a unos animales con los que han estado viviendo, a los que han cogido cariño. Alivio. Al menos parte de mi familia no son piedras... Y veo como se crece, veo que se siente superior, veo sus instintos primigenios aflorando como macho dominante, fuerte, cazador... detestable. Le odio y no puedo callarme.
- El hombre siempre ha sido carnívoro y siempre ha comido carne.
Susurro... - El ser humano es omnívoro, no carnívoro.
Grita - El humano es carnívoro.
- Nuestro sistema digestivo es el de un animal omnívoro. Si fuéramos carnívoros yo y todos los veganos a penas habríamos aguantado dos meses vivos y aquí me ves.
Odia cuando hablo así. Ve que no lo sabe todo y que es posible que yo esté más enterada de esos temas que él. Derribo el pilar de sabiduría-edad, en el que él se sustenta y le duele. Me regocijo en ello. Cambia de tema.
- Se ha hecho desde siempre.
- Falacia Ad populum, que todo el mundo lo haga o que siempre se haya hecho así no implica que sea justo o que esté bien hecho.
Segunda puñalada, lo veo en su cara. Y disfruto.
- ¿Está mal cagar?
¿De que coño está hablando?
- Pues se ha hecho siempre y nadie dice nada.
- Nunca he escuchado una justificación más estúpida como esa.
Ataque a su ego, esta vez se ríe, espero porque se halla dado cuenta de que llevo razón.
- Siempre se ha esclavizado a los negros, se ha maltratado a la mujer, en algunos países de siempre ha habido prostitución infantil, dictaduras, ha habido pobreza, hambre, asesinatos, violaciones... Y espero que no seas capaz de justificarme todo esto solo para no aceptar que estás equivocado.
(Mientras hablo no para de gritar como un niño pequeño "Se ha hecho desde siempre")
-¿Me estás justificando todas las injusticias que ha habido desde que el mundo es mundo porque se ha hecho desde siempre?
No contesta
- Entonces es que sí. Me gustaría que pasaras solo un día en esa situación. Porque todo ese sufrimiento humano no es lo comparable, ni de lejos, del que sufren los animales desde siempre, cada segundo de sus tristes vidas solo porque siempre se ha hecho. Desde luego, que me sorprendes y pensaba que ya había llegado a ese límite. De todos modos, incluso desde tu mente enferma, me parece increíble que tengas tan poco corazón como para hacerlo con tus propias manos, que seas capaz de criar a esos individuos, compartir tu tiempo con ellos, conocerlos y ser capaz de comértelos. (No me sorprende, pienso muy a mi pesar, recuerdo como mató a 4 cachorros de Chiqui, mi primera amiga canina, solo porque nadie los quería, estampándolos contra un muro, dejando la sangre que me obligaba a mirar cada vez que pasaba por allí, luchando con todas mis fuerzas por no llorar y por no odiarle. Como despellejó a aquellos conejos que tenía en el trabajo con los que había pasado horas jugando y como los que quedaron los dejó morir de inanición al quebrar la empresa)
Y alega que al menos vivirán más que en una granja y me habla de lo mal que están los animales allí, como si supiera más que yo. Sarcásticamente le pregunto "¿Es que acaso no sabes a qué me dedico tantas horas en el ordenador? Créeme, he visto mucho más de esas cosas de las que te imaginas." No sabes más que yo tampoco en eso. Le grito que aunque vivan mejor y más, siempre serán objetos y él los va a asesinar con sus propias manos, que eso dice muy poco de él.
Mi madre cambia de tema y yo ya no pude dormir.
Y no paro de contar los días que faltan para que construyan mi casa, para que me den las llaves y salga de allí de una vez por todas.

lunes, 1 de septiembre de 2008

SHI-SHANG

Hoy voy a hacer un poco de publicidad gratuita...
Bien, hace un par de semanas fui a cenar a Shi-Shang, seguro que la mayoría ya habréis ido alguna vez, me encontré un lugar desolado y es que últimamente no se puede decir que les valla muy bien...
Tengo miedo de que termine cerrando, no solo porque es un sitio donde me encanta comer, sino porque me encanta ver la cara que se le quedan a algunos omnívoros amigos míos cuando les llevo a comer allí, porque una de los grandes muros del veganismo es el sabor de la comida cárnica y este lugar los derriba con el primer bocado.
Porque cuando la gente se pasa por los actos enfrente del Mc. Donnal con su tonito de superioridad pidiendo que les digas tres sitios donde comer vegano en Madrid (como cuando dos personas dicen lo mismo al mismo tiempo se pellizcan hasta sangrar y gritan "Dime tres marcas de leche de soja") les puedes decir un buen sitio que no esté ni en Leganés (Vegania), ni corran el riesgo de sufrir acidez de estómago (Maoz).
¡¡¡Así que vallamos en hordas a comer allí!!!

http://www.shishangrestaurant.com/